viernes, 4 de octubre de 2013

¡Qué importante la decisión de ser padres!

¡Qué importante la decisión de ser padres! Pero igual de importante es saber como educar a los hijos. Seguro que muchos padres primerizos tienen ese miedo de no saber si los están criando bien, esa sensación de ir a ciegas, de no saber si lo que tú estás haciendo ahora va a repercutir positiva o negativamente en el futuro de tu hijo, si acabará yendo a la universidad o interno dentro de un correccional, está claro que el temperamento de cada niño ocupa una parte importante de su personalidad, y es inevitable, ya que viene dado por la genética, pero no debemos olvidar que ésta también está constituida por el carácter debido al ambiente, la relación con los seres queridos, el colegio, las amistades, los profesores, el contexto en que el niño se encuentre, por tanto es esencial que los padres tengan un estilo educativo democrático.

Se ha demostrado que el control parental es particularmente eficaz para prevenir los problemas de conducta durante la infancia y algunos años de la adolescencia. Y es especialmente efectivo cuando se ejerce de forma democrática y se combina con el apoyo y el afecto. Sin embargo, el exceso suele ser tan malo como la carencia, y algunos padres y madres llevan hasta tal extremo este control sobre sus hijos que se convierte en un freno para su desarrollo saludable.

Así, también podemos encontrar padres que ejercen tal presión sobre sus hijos para que piensen, sientan, y sobre todo, actúen de una determinada manera, que hacen que aumente de manera exagerada la percepción de amenazas del menor y disminuyen su confianza en sí mismos para controlar esas situaciones “de riesgo” que los padres advierten una y otra vez. Además, estos padres controladores y sobreprotectores están reduciendo las oportunidades para que el niño o la niña exploren su contexto y desarrollen nuevas habilidades para hacer frente a los retos o amenazas que tarde o temprano se cruzarán en su camino. Vemos así cómo la ansiedad y miedo de los padres ante situaciones supuestamente peligrosas se transmite de padres a hijos, sin necesidad de la genética. 

Pero claro está que estos padres no se dan cuenta del daño que les están haciendo emocionalmente a sus hijos con este excesivo control, para ellos es bueno, cuántas veces habremos escuchado de nuestros padres la famosa frase de: “¡si lo hago es por tu bien!”. 

Evidentemente yo no soy madre y supongo que será muy difícil criar a un hijo, pero cuando estudias una carrera relacionada con la educación, te das cuenta de cuán importante es la manera de educar a un niño, tanto por parte de los padres como de los profesores. Además, desgraciadamente he tenido la mala suerte de contar con unos padres de este tipo y os aseguro que, como hija, es muy difícil salir adelante y buscarse la vida cuando no estás respaldado por alguien.

A veces hay que dejar a los hijos moderadamente libres, que experimenten por su propio pie las consecuencias de cada acto y así realmente aprenderán a valorar las cosas cuando actúan mal, porque poco a poco estamos creando una sociedad de niños de papá, malcriados y sobreprotegidos que no van a saber actuar por sí solos cuando sus padres ya no estén, y si lo pensamos bien van a ser ellos los que el día de mañana lleven este país, que si ya no está para dar muchos trotes, con este tipo de gente se va a hundir de tal manera que no vamos a saber salir del hoyo.

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